domingo, 11 de abril de 2010

Árbol de la vida

Bajo una terraza cojo una hoja, no sé de que árbol cayó…no hay. Aunque quizá naciera allí y nunca me di cuenta de ella hasta ahora. Tu color es amarillo, seguramente sea eso: llevaría hay desde algo más que días. No es otoño, calor de verano tampoco. Llueve…alguien está triste.

Frente a frente…la miro empezando por el tallo. Delgado comparado con la supuesta rama de un árbol ya maduro y ramificándose…eso es, ramificándose…haciéndose más delgada...Un verde es bonito, miedo da el marrón ...supone caída y muerte…pero ella está amarilla…parece enferma, parece que sufre.

Tus ojos son tristes y están apagados, tanto tiempo llevo observándote pareciendo hasta amigos…y no sabría decirte de que color son. Elegiría uno oscuro…más por recuerdo que por acierto…pero sin certeza. De los de aquella de la que una vez te separaste, ya sé a quién debo los míos. Pero ella sigue dando ilusión y sigue creciendo cada vez más alta, pues aún algo torcida, crece.

Como una serpiente que se enrosca y te asfixia…de pequeños queremos ser bomberos portando esa bombona de oxígeno que nos da aire olvidándonos del humo…pero si no hay humo ¿Por qué una bombona tan grande?¿Por qué no la llevas en la espalda? Como un cáncer que te corroe y te hace daño…deja de gotear, deja de llorar…tras la ventana tímido rayo de sol emana.

La poca gente que desde mi terraza está presente…no te ven ni les importas… sueño traen todos y no reparan en tu cara. No les prestas tu mirada, ¿Pero cómo? Si ya no parece tu cara.

Me niego a pensar que eres un trocito más de ese papel, ése en el que dibujado está un árbol genealógico que nos dice nuestro puesto en la vida. De entre tantos no destacamos, pero una de ella se separó y en mis manos estás ahora…pensando en ti y no recuperas tu color.

Finalmente te dejé en la terraza, a la vera del viento para que te lleve a buen puerto. En el mar no te hundes si te posas sutilmente, navegando sin rumbo fijo…preguntándote cuando se acabará tu camino.

A ti, hoja, parece darte igual, separada del resto de las tuyas, agua no tragas…y la luz no te hará más morena. Sólo el tiempo te dará tu fin, seca, vacía y apagada te quedas. Pero viva, llena y brillante te vas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario