lunes, 31 de mayo de 2010

El gusano convertido en mariposa

Dicen que el tiempo pasa y pone cada cosa en su sitio. Esta frase es muy cierta y cumple lo que expone, pero ahora bien, no siempre. Lo único que veo claro en relación a ese tiempo es que pasa y pasa, cambiando muchas cosas y dejándose otras en el camino. Lo "físico" está condenado a envejecer, ¿pero lo "abstracto"?
No, no...estáis leyendo bien. Por raro que parezca creo que lo que digo tiene sentido (fijaos en que dije "creo" ante una posible incapacidad de dar lógica alguna a mis ideas). Y no, tampoco me ha dejado la novia...lo que pasa es que directamente no tengo y me da por escribir. ¿¡Y soy feliz así vale?!

Las personas pasamos de ser jóvenes a ser mayores. Tal que andamos cabizbajos y encorvados por el peso de la vida ante nosotros: es la edad. De eso sí que no escapamos...ni personas, ni animales ni cosas. Nada.
A pesar de todo es lo único que sabemos que el tiempo cumplirá a la perfección, con esa precisión milimétrica a la que nos tiene acostumbrados. Más rápida o más lentamente, pero a todos nos llegan los cumpleaños. A unos les sientan mejor y a otros peor, pero no nos libraremos por más cremas que nos echemos encima, más estiremos nuestra piel o por más gimnasios que frecuentemos.

Pero tampoco el tiempo es capaz de cambiarlo todo. El ser humano posee demasiada chulería para dejarse cambiar en su totalidad: orgullo y carácter.

Todos hemos tenido discusiones con algún amigo o familiar. Lo ideal es llegar a un acuerdo entre las dos partes que ponga fin a un conflicto, un fin que nunca llega.
De esta manera, el adulto recuerda que una vez fue niño y que está altamente capacitado para luchar con su amigo vecino por esa piruleta que, bajo el anónimato que sostiene, no tiene dueño.
¿Qué me decís? ¿Nunca discutisteis en vuestra infancia por una canica, un cromo, un ChupaChus o lo que sea? ¿Nunca?
Hmmmmm....mirémoslo de otra manera: los lazos fraternales. Espero que todo el porcentaje de personas que no habéis entendido el primer ejemplo no seáis hijos únicos, porque sino os quedaréis sin entender el lío en el que os he metido.
Los lazos fraternales con vuestros hermanos os deben recordar las discusiones que por narices tuvisteis en algún momento sobre de quién era la Barbie...si tuya o de tu hermana...¿espera, de verdad dije eso? Perdón, me refería a las chapas. Sobre si la chapa de CocaCola era tuya y la de Fanta la suya.
El desenlace era que si tú obtenías la Barbi.....esto, la chapa que te gustaba, eras el ganador. Aunque perdieras la partida, tú eras el vencedor. Te podía más el ego de tenerla en tu poder que el desenlace de la partida.

Pues esto sigue pasando cuando crecemos.
Ejemplos claros son los rencores familiares, herencias sin destinatarios específicos...Orgullo y ego hacen aquí una piña difícil de partir. El resultado será el mismo casi siempre, como digo, sino somos lo suficientes maduros como para hablar y perdonar.
Y aún mejor: si tenemos la capacidad de anticiparnos y no herir a las personas que apreciamos.
Siiiiiiiií, esta última virtud no la tiene nadie en los días que corren, pero hay qe fastidarse que verbos como "hablar" (entendida como diálogo en la busqueda de posibles soluciones) y "perdonar", estén también, tan perdidos como el elemento Seaborgio en la tabla periódica. Nadie sabe qué son o a lo que se refieren.

El tiempo nos transforma: de pequeños inocentes a grandes diablos. La veteranía es un grado

Me da pena ver cómo esperas algo de alguna gente y ver que tus espectativas son en relidad fantasías. Porque si de algo podemos presumir, es de soñar. Este verbo sí que lo conocemos muchos de nosotros.
Depositamos nuestras confianzas en alguien para darnos cuenta del error que cometemos. La aliada de esta persona que nos hace daño, la mentira, será responsable de nuestro estado anímico. Sin escrúpulos seremos testigos de la verdadera identidad que oculta y ante la pérdida de alternativas, nos comeremos nuestro orgullo para soltar la que será la frase desesperada y esperanzadora. Es algo como: "Busco ser amigos, hacer como si nada paso. Y si pasó, por mí quedará olvidado siempre y cuando tú quieras cambiar...o al menos lo intentes".
Yo creo haber cometido multitud de errores. Pero si de algo se ha de pedir perdón no se tiene que hacer envuelto en vergüenza. Si alguien está mal con uno mismo y de verdad lo siente, el decirlo sólo le hará sentir mejor. Aunque con ello siga siendo incomprendido por la otra parte "contratante".




Y pasan los años. Y tú maduras...o crees eso (sois hábiles, no os mentiré, es la segunda vez que uso una derivación de la palabra "creo" ).





Caminas por el parque, entras al centro comercial y ves que tiene dos pisos. Tú no eres bobo y te subes a la de los videojuegos. Tu precaria situación económica te hace bajar rapidamente de la nube al ver el precio de los juegos de primera mano. Te vas a los de segunda y piensas en la palabra injusticia y, de nuevo, en la precaria situación ecónomica que aún sostienes. Y sí, es así, este estado no podía cambiar en el trayecto de ir desde los juegos de primera mano a los de segunda en un período tan corto de tiempo.
Ante la baba que cae debido a tu persona en el mostrador donde se exponen los juegos que tanto ansias comprarte, eres ahuyentado por el dueño mientras te golpea con un cartel a escala de Mario Bross, gritando: ¡¡Y no vuelvas!!. Pero tú sabes que ya quedan 3 días para que te ingresen la nómina, y por supuesto que volverás. Y le babearás otra vez el cristal.

Sigues caminando y te cruzas cn esa persona que en su día se distanció de ti. Has pensado muchas veces qué decir, cómo sería entablar otra vez diálogo. Ese primer contacto. Y no podía ser más...triste. Eres un manojo de nervios.
Lejos de ser un desastre la conversación se resuelve con normalidad. Parece otra persona y te deja ver que es otra persona.
Cuando por fin regresas a casa y piensas en el encuentro, ves que el tiempo hace ver cosas a la gente. A mucha gente...pero no a tu amig@. A pesar del tiempo que paso, ya sean meses o años, algunas personas no cambian...Y no cambiarán.
El por qué sigue siendo desconocido.

¿Conclusión?
Pues la ya dicha, el tiempo pasa y pone cada cosa en su sitio. Nos transforma, nos cambia, pero no siempre en nuestra totalidad. Puede que sea más sabio de lo que parece y nos deje la posibilidad de ser buenas o malas personas a nuestra elección. Lo único de lo que somos dueños y en lo que queremos convertirnos.
Sólo sé que una persona cambia y madura, crece como persona, cuando ella realmente quiere cambiar.
Es como los gusanos. Unos se quedan en gusanos, arrastrándose por el suelo durante toda su vida y manchándose a cada paso que dan. Otros se convierten en mariposas y con sus alas y al volar, pueden sentir el viento en la cara.

domingo, 30 de mayo de 2010

¿Qué es un punto ligado al espacio?

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miércoles, 26 de mayo de 2010

Lluvia en soledad



Me gusta la lluvia. Me supone evadirme del mundo exterior. Cuando quiero pensar, a veces porque estás "rayado" con la vida...con alguien, o sencillamente por estar mirando al vacío sin más.

Cuando era niño solía hacerlo con más frecuencia. Quizás lo disfrutaba más por la inocencia. Al fin y al cabo, de pequeños no tenemos responsabilidad alguna. Actualmente, mirar a la ventana cuando llueve me provoca la sensación de estar perdiendo el tiempo, cuando es todo lo contrario. Por ello, el momento que más disfruto de la caída de las gotas de agua es cuando duermo.
Es casi el mejor momento: relajado, tumbado...

Es curioso, pero cuanto más pequeño sea el sitio desde donde oigo caer la lluvia o desde lo contemplo, más agusto me encuentro.
Al mirar hacia el cielo veo nubes teñidas de azul oscuro, esperando el momento de mayor despiste de los peatones para descargar el agua que soportan. ¡Ahí está! ¡Ahora!
A veces tímidamente: plic plic...las primeras gotas van cayendo. A veces fugaces, tan rápidas que al socorrernos bajo una terracita de la calle, la misma que creemos que nos salvará de llegar empapados a casa, demuestra lo equivocados que estamos. Endiabladamente veloces, nos calaron en nuestra totalidad.

Los truenos ya son otro cantar. Inspiran respeto. Primero "la culebra"...una lucecita que cuanto más grande se dibuja encima de nuestras cabezas, más hace que encojamos los hombros como las tortugas, diciéndonos: "Éste sí que va a sonar gordo".
Y así es. Suena fuerte. Algún viandante se queda parado, congelado con mirada atónita. Tranquilo, sigues vivo.
Otros continúan su vida haciéndose los valientes. Quizás no lo oyeron.
De cualquier forma, para unos o para otros, el rayo siempre impone autoridad con su luz.

Los semáforos y sus dibujitos rojos, amarillos o verdes se transforman al llover. Los que llevamos gafas sabemos qué es. Lo que antes era nítido, ahora empieza a verse borroso. Y claro está, que a más tiempo, más se mojan los cristales. Al final ya no sé si salí de casa con o sin gafas.
Solución: Parabrisas. Los más "finos" se decantarán por lentillas.
En mi caso, acabo viendo multitud de luces sin contorno y formas sin definir que me lleva a preguntarme qué fue lo que mamá me echó en la comida.

A menudo asociamos este evento natural con situaciones tristes o colores grises y apagados. Es verdad que el sol toma un descanso cediendo el paso a su amiga la nube, pero nada más.
Las lágrimas de los ojos y las gotas que estas nubes desprenden son casi gemelas. Únicamente en apariencia.
Creemos que cuando llueve en un sitio es motivo de que una persona llora en otro. No es así. La lluvia no tiene por que quitar la sonrisa de nuestras caras, no todas las lágrimas son amargas.


Admiro a las pequeñas partículas diminutas que saltan a tantos metros del suelo. Son las gotas de lluvia.
Las verdaderas protagonistas. No como conjunto, me refiero A CADA UNA de ellas. Saltan a la desesperada, sin paracaidas. No sé en todos estos años la razón por la que lo hacen. ¿Por qué ese comportamiento suicida? Las más listas llegan a los árboles, pero no lejos de cumplir con su tarea, se deslizarán por las hojas para continuar con su descenso fatal.
Algunas afortunadas llegan a las ventanas. De ahí, las ves descender lentamente hacia la parte inferior de las mismas. Llegan al borde y desaparecen.

Las admiro de verdad.
Son ellas las que, unidas, forman todo un paisaje que dejan volar mi imaginación al mirar tras una ventana.

Alguien rebuznó

Excepcionalmente hoy ví la televisión, la programación que echaban digo. Todos los días la observo, pero de diferente manera: para salir por mi casa y debido a la peculiar estructura arquitectónica que ésta posee, el marcharse de la vivienda supone sortear una gincana pasando por el salón, hogar de la mayoría de las teles.

Seré breve:

En mi querida caja tonta presencié un reportaje sobre las fiestas taurinas. Ya sé que muchos pensaréis que soy un resentido con este tema, y no es así...que va. Pero algunas burradas que salen de boca de la gente son dignas de mención.
Se cuestionaba si era seguro el que los niños menores acudieran a dichos asesinat...digo...espectacul....digo...llamémosles eventos.

Y va el primer burro y dice:

Burro 1: Hombre, a mi niño (moco de no más de 6 años) no hay que contarle que el toro va a morir. Es algo así como que para el animal, la muerte es un éxito.

Valoración propia al respecto: Eso tío, que tu hijo vea que puede confiar en ti. Ocúltale la verdad desde temprana edad...
¿Os acordáis de pequeños, refugiados tras la puerta de nuestro cuarto después de hacer una travesura, el famoso "abre, abre la puerta, que no te va a doler" ? Nosotros confiábamos en ellos para descubrir que al abrir la puerta nos sacudían...¡Je! No confies en él, chiquillo. Te miente.
De "la muerte es un éxito para el toro" mejor ni hablo. Voy para la cocina a abrirme las venas y pasaré entonces a la historia como un héroe.
En fin, incoherente.


Y va la segunda burra y suelta al aire:

Burra 2: Hay que enseñarles a que les guste todo un poco. El fútbol (imprescindible para que el niño crezca sano y fuerte), el deporte, los toros...

Hijo inteligente: Pero mamá, a mí no me gustan los toros.

En ese momento Burra 2 mira intimidatoriamente a Hijo inteligente y seguido, a la reportera. Vuelve a rebuznar otra vez.

Burra 2: Yo siempre he sido muy taurina.

Valoración propia al respecto: No señora. Usted siempre ha sido muy dominante...Dejar que los hijos crezcan libremente...


Y va el burro maestro y dice:

Burro 3: Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaaaaa....digooooo....Le tengo que enseñar lo que son los toros ahora con 10 años, si lo hago cuando tenga 35 por supuesto que no le gustará.

Valoración propia al respecto: Habla por si solo. No en el iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaaaaa, no, sino en que cuando el chico tenga 35 años tendrá la conciencia bastante formada de la atrocidad que se permite.
Cuanto antes enseñemos a hacer algo a nuestros hijos, más fácil les resultará hacerlo. Es el miedo de todo padre, saber qué valores inculcar a sus hijos.


Lo dicho, breve.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Anecdotario - El hielo y el cielo

Hay que ver el poder de una consonante. Pequeña cual hormiguita, es capaz de cambiar el contexto de una frase.
Nunca pensé que pudiera sentirme ridículo por esto, pero así es.

Eran las diez de la mañana. Después de lo que puede considerarse un madrugón dominguero, lo primero en que uno piensa entre otras cosas es en desayunar. Ya sé que muchos diréis: "¡Venga hombre! ¿Madrugón a las diez?"
En mi defensa alegaré que lo consideró como tal debido a la presencia de varios factores:


1º) Era Domingo.

2º) Estaba de vacaciones.

3º) Tenía que ir de "visita".

4º) Sueño...(Mucho sueño, mejor dicho).

5º) Vago (Lo admito).


Con todo esto me dirijo con mi familia a tomar algo que nos ayude a despertar. Lo que cualquier persona normal haría: Activarse.
Entrenando mis inexitentes dotes de camarero, hago una improvisada encuesta y tras decidir lo que vamos a tomar, voy hacia la barra.
La chica es guapa, uno mantiene la compostura. "Con educación", me digo a mí mismo:

"Hola, ¿nos podías poner un zumo de naranja natural, dos coca-colas, un café y un cola cao, cielo?"

Todo iba bien hasta que pronuncié cola cao. La chica me miró fijamente, anonadada.

¿Tenían limones en vez de naranjas? ¿Sería que por esa zona no habían oido habla de cola cao? ¿Quizá una hora extraña para pedir el producto de aquel negrito del África tropical? Tal vez fueran fieles defensores de la Pepsi o del Nesquik...¿Café, quién necesita cafe?
Preguntas en mi cabeza, muchas preguntas. Volví atrás mentalmente, intentando recordar. ¿Mis palabras pudieron ser incorrectas?
El tiempo para mí se paró brevemente. Lo más gracioso es que yo tenía en ese momento la misma cara de tonto que la chica tras la barra.

Fue entonces cuando ella arrancó: "¿¿Un cola cao con hielo??"
Yo me quedé en pause, el cola cao nunca me lo habían ofrecido con hielo. Sí es verdad que a mucha gente le gusta tomarlo con la leche fría, ¿pero tanto?
Miré un poquillo a los lados y tras los vasos que se situaban en la barra delante mío. Aparentemente no encontré ninguna cámara oculta. Respondí que no.
Tras esta pregunta, continuó la famosa: "¿La leche caliente o templada?".

Dudé por un segundo, pero finalmente decidí la templada. Pagamos el total. Vuelvo cabizbajo a mi asiento. Me siento.


La explicación de tal situación es más sencilla de lo que parece:


- Hola, ¿nos podías poner un zumo de naranja natural, dos coca-colas, un café y un cola cao, cielo?

- Hola, ¿nos podías poner un zumo de naranja natural, dos coca-colas, un café y un cola cao con hielo?


Yo ya hice el ridículo, espero que la anécdota sirva para ayudar a llevar este tipo de situaciones o parecidas.
Tranquilos, no estáis sólos.

Para terminar, aclaro que el cola cao era para mí. Me gusta por encima del cafe, quiero decir...que me gusta más que el café. No que quiera café y luego cola cao en el mismo vaso....Bueno, ya sabéis, con hielo...Pero no en el cola cao. ¡Esperad, tampoco hielo en el café! Dios...Que estrés. Mejor me pido un vaso de agua....solo, por favor.

Un vaso de agua sin hielo, gracias.

jueves, 6 de mayo de 2010

El Poder De Lo Absurdo


"Fingir locura, es a veces cordura"

El ser humano hace gala de una gran inteligencia. De no ser por ello, no estaríamos alzados como especie dominante de este planeta. Pese a ser débiles físicamente, nos hemos sobrepuesto a animales y alcanzado mar, aire y nuestra preciada tierra.
A pesar de ello, tenemos un futuro incierto y de no comprometernos con el mundo lo acabaremos arrasando poco a poco.
La capacidad de inventar, de idear, de razonar: inteligencia.

"Tener un poco de luces" que se dice. Pues bien, hay gente que va con las luces fundidas.
Ya son las 23:00 como mínimo. Cuando el autobusero llega, me subo tan rápido al vehículo como una maruja entra en la tienda al iniciarse temporada de rebajas...es lo que tiene las ráfagas de viento: mucho frío.
Dentro hace calor...fiiiiu.....Una vez realizado el ritual de saludo y pase, voy al fondo. Me deposito en el asiento, cansado. Delante de mí, en ese asiento aparentemente vacío, me acompaña un gran cómico: el periódico. Como otras tantas veces, pude reírme con él.

En un pequeño breve, contemplo como hoy día, ligar con gente está complicadillo:
Un hombre ruso de 44 años, en pleno fin de semana se emborracha de fiesta con sus amigos (cosa que para los españoles es un imprescindible).
La cosa derivó en que, ya fuera por tristeza o melancolía de una inexistente novia, se le ocurrió la maravillosa idea de meterse en la cama con un mapache. Sí señores, el animalito tan simpático que aparece en Pocahontas de Disney, sólo que éste no estaba en su mejor día: "Meeko" se abalanzó en una de esas, metiéndole un "mordisquito" en su pene.
Sin saber muy bien con que intenciones, y según la publicación en mis manos, el hombre pensaba que sería divertido.

¤ divertido/a:

(Del part. de divertir).


1. adj. Que divierte.

2. adj. Alegre, festivo y de buen humor.

3. adj. Arg. y Perú. Ligeramente ebrio.


Pues bien, dejando a un lado el hecho de que al hombre le debe hacer gracia que le mordisquen los testículos o su preciado miembro...seguro que se pensará dos veces el próximo animal que meterá en su cama. ¿Nunca oyó eso de que con las cosas de comer no se juega?
Visto por otro lado e intentando sacar el lado positivo de "intimar" con un mapache, este ruso atrevido podrá decir: "Era una auténtica fiera en la cama".

La situación para los pobres médicos que tendrán que recomponer su miembro y para el supuesto agresor, que con lo loco que está el mundo, lo mismo pasa a disposición judicial....Y es que hoy día, uno no sabe con quién se va a la cama.

Después de todo esto, ahora ya sé lo útil que me resultará la muñeca hinchable que me regalaron.

¡A Dios gracias!