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Mira al cielo, fijamente a esa luz,
la que allí brilla te observa,
cierra los ojos y dile"

Miro al cielo, a tus ojos.
Cierro los míos y se lo digo:
mi deseo tú y por estrella, a la cual pido,
entre todas la que más brilla,
que al alzar la vista allá estés,
iluminando con tu pequeña luz.

De todo un firmamento,
celosa estará la llamada Luna,
pues más grande y aun en su mejor día,
no te hace sombra a ti...
mas marchitas quedan las otras.

Si no lo crees, mira ahora...
en cualquier noche...
pues sólo una, que tú bien conoces,
haciéndole competencia a la gran señora,
esperando en el cielo...
siendo contemplada a todas horas.

Sigo con los ojos cerrados, imitando al ciego.
Y como éste, teniendo fe en mis otros sentidos:

...cerca de mí te siento sin tocarte...

...te oigo sin que digas nada...

...huelo aquellos nervios, risa tímida...

Avanzando un poco más,
ya con el deseo que se le pide a una estrella dicho,
abro los ojos.
Puede que ella me escuchara.

Alzo mi mano rodeando tu cuello,
me acerco y besándote dulcemente,
cierro los ojos al momento que los tuyos.
Ahora sí noto tu calor y el ritmo de tu corazón...
acelerando y menguando, con ritmo tranquilo...

El antes ausente:
dulce es este beso.
Que todo esto dure lo posible,
abrazados y en compañía de estos labios.
No sé cuantas estrellas hay en el cielo,
pero espero que tantas como segundos, minutos,
...HORAS...
pueda durar este sueño.

Otra vez separada, cada uno en su sitio,
con tu sonrisa en la cara.
En bajito me susurras... "Hasta mañana"
Suelto mi mano de la tuya...
pero para mí que hoy sea mañana...

...Puedo dormir tranquilo...
tras el día, miraré arriba,
pues las estrellas
siempre lucen de noche.

Lo mejor de todo que éste no fue mi deseo.
Esperando que se cumpla...
...no...
...ya puedo decir...

Se cumplió





Tú mira siempre en la noche, en cada momento que necesites, hacia arriba...a ese techo negro.
Porque en dicha noche, ya sea la más oscura, siempre verás algo, y este algo tendrá luz propia.