sábado, 24 de julio de 2010

¡Cowabunga!


Directamente pido que el que no conozca a estos fantásticos seres abandone la sala inmediatamente para meterse e el primer buscador y poner...TORTUGAS NINJA.
¿Tortugas Ninja? Exacto, Tortugas que saben pelear.
La leche, ya no saben que inventar...

Junto a Batman, son de mis seres más queridos. Sí bien estos son incluso más antiguos...¡e importantes!
Anécdotas...mil y una...no terminaría.

De las pocas cosas felices que recuerdo de mi infancia es de la colección (casi) entera de las figuras de acción de estos queridos quelonios. Mis padres por una vez e la vida fueron buenos conmigo...o yo con ellos.¿De otra manera, por qué me iban a regalar tal cosa?
Leonardo, Rafael, Michelangelo, Donatelo....Splinter....¡¡Y los malos!!...Y la moto de Bebop, el globodeslizador de las tortuguitas o la querida Tortugoneta...y,y.....aiiisssss.....¡Perdona! El de la segunda fila...¿¿Te parece gracioso?? ¿Sí, dices? Mira por donde, ya puedes tú también salir por esa puerta. Sí, esa...si sabes usar el manillar primate...Bien.
Continuemos pues.

Lo dicho, importante en mi infancia.
Y como niño que eres, desarrollas fantasía. Bueno, alguno a esta edad más que desarrollar fantasías...TIENEN fantasías. Sí, ya desde pequeño presentan cierta atracción por las señales de tráfico alegando que se frotaban porque les picaba.
¡Je! Niños...

De cualquiera de las maneras, expongo un juego que m hermana y yo creamos. Marginados de la vida teníamos que ser y faltos de cariño, porque ya hay que estar mal de la cabeza para inventarse un juego taaaaaaaaan entretenido.

Lo primero era la elección de personaje. Imaginad: Mi hermana y yo equivale a un total de dos personas. A elegir una tortuga buena para "pedirse" de entre los cuatro hermanos con concha.
Divido entre dos, me llevo una y sumando el resto al producto rental bruto da como resultado la nada despreciable cifra de hasta DOS tortugas a elegir para cada uno de nosotros.
Bien, pues hasta con esto, alguna vez teníamos problema para ponernos de acuerdo con nuestro personaje.
¿El mío? El rebelde...Rafael.


Las normas eran bien sencillas, caminabas calle abajo o calle arriba dependiendo del origen y destino final. En el trayecto nadie te podía tocar. Si una persona ajena a tus familiares lo hacía, perdías una vida.
Como era típico de cualquier juego de consola (véase Sper Mario Bross para Nintendo Nes), empezabas con tres vidas.
¿Se llegaba a perder alguna vez las tres vidas? Depende lo inútil que uno sea...Pero ya sabéis como son los niños...¿Perdí? Pfffffffffffffff pues uso "Continue".


Por otro lado, estaban las papeleras y alcantarillas. Aquí la cosa ya desvaría un poco, y es que la falta de cariño en nuestro hogar debía de ser muy grande para llegar a inventarnos esto.
Si bien sabéis, en el mundo tortuguero, estas tortugas vivían junto a su sensei-padre Splinter. Éste era una rata ni más ni menos y todos juntos, en plan familia feliz, convivían en las alcantarillas de su ciudad.
La manera de recuperar las vidas que te quitaban no podía tratarse de algo que no fuera relacionado con las alcantarillas. Pisando las tapas del alcantarillado...¡Pero ojo! Las redondas...¡Sólo las redondas! Si mal no recuerdo esas suponían una vida extra.
¿Qué pasaba si pisabas una redonda que estaba metida en una cuadrada? Pues lógicamente, te auto-quitabas una vida.
Y digo "auto" porque esquivar toda la gente de la calle cuando eres pequeño puede ser complicado...pero pisar la alcantarilla cuadrada es de masoquista.

Las papeleras jugaban un papel importante también. Por aquel entonces de color verde algunas, de otro color las más antiguas. Algunas daban vida, otras quitaban...y lo mejor de todo, otras pocas servían de depósito de armas.
y bien...¿qúe armas? Pistolas señores...las tortugas ninja con pistolas.
Sí...una mezcla a lo John Wayne. Lo de las katanas, sais, palos de bo o nunchankus ya estaba muy visto por nosotros y al fin y al cabo, las nuevas tecnologías hacían mella. Por lo que ver una tortuga gigante con un Uzi no está nada mal...Para nada.

Y la guinda del pastel...La alcantarilla larga. Difícil de describir: una alcantarilla...larga.
Hoy día extrañamente entre nosotros, es un tipo de alcantarilla difícil de encontrar en nuestros días. Tal vez en la C/Bravo Murillo podamos dar con algún extraño resto de lo que fueron.
El símil de la alcantarilla al mundo de las tortugas era el monopatín. Cada tortuga tenía uno que le servía para desplazarse a través de los canales y túneles del subterraneo.
Pues bien...¿Qué hacías tú nada mas verla? Codazo a tu hermana en el estómago si es que no te estabas recuperando del que te había metido ella nada más ver la alcantarilla...Correr...Y saltar dentro de ella.
¿Para que servía esto? Para dar a tus padres un motivo más de un posible desequilibrio emocional.
La cosa estaba en que te imaginabas montando en patinete, esquivando malos (la gente) y para colmo, esta alcantarilla no aportaba ninguna vid extra. La sensación de velocidad era impresionante y si encima, al alcantarilla-patinete pillaba cuesta abajo...¡Apartad malos, que voy sin frenos!
Realmente sí que funcionaba para una cosa...para alardear delante de tu hermana de lo guay que eras por montar en monopatín. Seguidamente se daba una discusión hasta que llegabas al coche que te llevaba de vuelta a casa donde el próximo dilema era sentarse en la parte derecha trasera del coche cerca de mamá o en la parte izquierda trasera cerca de papá.
Ni el mismísmo maestro Spilnter sería capaz de solucionar con su filosfía las discusiones que acontecía siempre de regreso a casa.

En una generación ochentera...la ilusión y la magia de la fantasía de un niño lo podía todo.
Desde la goma de saltar, a la peonza, al tirachinas, las chapas y a esa cuerdecita que atabamos entre nuestras manos para que nuestro compañero realizase otra figura atándola a su mano, para seguir nosotros con otra figura, que permitía luego a él hacer otra, y a nosotros otras y otra y otra hasta el más infinito de llos aburrimientos.

En una generación actual donde la imaginación está desapareciendo quiero compartir un juego que crecio...¡No! ¡Nació! Con mi hermana y conmigo. Un juego que junto a la imginación de tu hermano pequeño, tu primo, tu hijo...sirva para revivir aquello que nos daba vida a nosotros.

5 comentarios:

  1. Todavía estamos esperando...

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  2. Kurtar...Antes del 2011.
    Yo ya lo estaba dudando...:D

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  3. JAJAJAJAJAJAJAJAJA como me molaban, aunque mi favorito siempre fue Michelangelo, no se supongo que era el mas divertido, bueno eso muy buena entrada

    P.D.: El desiquilibrio emocinal que ya mostrbas en esa epoca.....yo te ubiese sacrificado

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  4. Me parto... en la oficina se ríen de mí porque hasta lloro de risa!!!!
    ¿No has contado cómo, gracias a nuestra maña, ayudábamos a papá a ir más rápido en coche desde nuestros asientos de la parte de atrás?
    Jejeje, eres la caña.

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