viernes, 3 de agosto de 2012

Soñando con xenomorfos


Ellen Ripley seguía viva.

De entre todas las adaptaciones posibles de la saga llamada Alien venimos a parar a la tercera película. La desarrollada en la prisión de Fiorina Fury. La peor de la tetralogía de Alien en mi opinión.

Ellen Ripley está infectada y tengo que hacer lo posible por escapar. ¿Cómo?
Buena pregunta: Sin transporte, con unos presos inútiles y cristianos, con Sigourney rapada y con una reina cantarina a punto de hacer “¡Bang! ¡Sorpresa!” de su pecho.

¿Quién dijo héroe? Yo sólo quiero sobrevivir…a fin de cuentas Ripley ha vivido ya mucho. Es hora de un nuevo protagonista y que menos que yo. Un tío apuesto y valiente donde los haya…

En un pasillo  oscuro, mi compañero. Mi desdichado compañero de futuro un tanto incierto para una posible secuela, me pregunta:

 -Tío, ¿has terminado de hablar solo? Es que acabo de ver una sombra en ese recoveco.

- ¿Dónde, dices? ¿Al lado de esa pared, junto al ventilador que hace unos ruidos extraños y siniestramente sospechosos?
(Yo ya sé que mi compy va a morir)

- Sí, ahí.

- ¿Al lado de esa mancha de sangre que tiñe el muro y junto a una oportuna bota solitaria, posiblemente de algún preso descuartizado?

- ¿Mancha de sangre? ¿Descuartizado?

- ¡No, hombre! Esto…quería decir mancha de pintura. Estaría pintando esta mañana Antoñete.

- ¿Antoñete? ¿No es ése el preso del que no se sabe nada desde esta mañana? ¡Espera! ¿No será esa su bota?

- ¡No seas tonto!  Anda, ve y acércate a ver que son esos ruidos.

Valiente, como ya dije. Evidentemente al tío se lo carga el alien dándole uno de sus característicos besos con lengua. Si es que en el fondo es un romántico este bichejo.


Bien, la cosa está en que todos sabéis que lo que estoy contando es un sueño. De esos que mi esquizofrénica cabeza inventa.
¿Y todos sabemos también como se gestan los aliens, verdad?

Para los no iniciados, un adelanto en versión speedy:

El bicho en cuestión sale de un huevo. Este a priori parece una araña…ehhh…grande. Muy grande…y amarilla. También tiene una especie de cola.
Bueno vale…quizás no se parezca tanto a una araña como intento hacer ver, pero desde luego un elefante no es.

Este primo hermano lejano de las arañas nace con el fin de acoplarse a tu cara y meterte vía oral (y dale con esa dichosa manía de meter cosas por la boca)  un bichito hijo de su madre que en cuestión se convertirá en la bestia asesina que se acaba de cargar a mi colega sin nombre, unas cuantas líneas más arriba.
 Este embrión se gesta en el pecho del huésped, imaginemos..ehhhh…tú. Tú mism@, que ahora estás leyendo esto.  Nutriéndose de ti hasta que ya decide salir a ver mundo y comerse gente. Es ahí cuando decide abrirse paso a través tuyo.
Sí, a través de ti. Que te atraviesa el pecho, vamos.
 Las posibilidades de recuperación  una vez el alien te ha abierto en canal son un tanto dudosas…En toda la saga nadie se ha recuperado. Que yo sepa si te abren en canal es complicado volverte a juntar el costillar y recomponerte el esternón, pulmones, etc etc. ¡Qué cosas se aprenden en un sueño!

¿Y sabéis qué? En mi fantasía cebreril, yo también estoy infectado.. ¿Divertido, verdad? Se ve que la arañita de los huev….ejem, la arañita, no se quedaba a gusto si no me violaba por la boca. Así que lo hizo y ya de paso dejo su alien de turno en mí.
El bichito ya estaba crecidito y es entonces cuando yo empiezo a notar un dolor en el pecho, las campanadas suenan: ¡¡ding dong ding dong!!  Descorchan la botella unos figurantes  que andaban por allí y al alien le da por descorcharme a mí.

BIEN.

En este punto, me despierto del sueño. ¡¡Mi gata se había subido encima de mi pecho y justo me despierto!!
¿Mi reacción?
Hostia a la gata a fin de quitármela de encima bajo posible riesgo de que sea un alien que me brota del pecho. Yo estaba acojonado del sueño y pensé, pensé…..¡Yo que sé que narices pensé! ¡Que me brotaba un alien del pecho! ¡Estaba dormido! ¿!Vale!? Me lo intente quitar de encima y la pobre gata se llevó la peor parte….La estrellé contra el suelo.
Tranquilos, estar, está bien. Sólo calló  al suelo de pie y ya está. Tras posarse en el suelo cual dócil gato que es, se me quedó mirando mientras sus ojos me decían: “Tú estás un poco p´allá”.  
¡Psch, gatos!

Lo mejor de todo es que no sé si lo del sueño pasó de verdad o no. Tengo una cicatriz a modo de arañazo en el pecho. ¿Salió en alien de dentro de mí? ¿Me lo extirparon antes de que se gestase del todo?
También puede ser que mi gata se sobresaltase al ver que su dueño se levantaba de una pesadilla en espasmos, balbuceando: “¡Que me mata el alien, que me mata el alien!” sin saber que le pasaba y  empujándola hacia el suelo para quitársela de encima. Obviamente la gata se hizo caquita como yo al ver “un ser” encima de mi pecho tras el sueñecito de marras. Al empujarla se intento agarrar a mí…¿Y cómo se agarra un gato?
Eso es, con las uñas.

Unos dicen que son las zarpas del gato. Yo digo que me reventó un alien….



….Y sobreviví.


Todo esto es culpa de Prometheus. La supuesta precuela de Alien que se estrena en breves.
¿Quién va  a ir a verla? ¿Quién?



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