jueves, 3 de julio de 2014
Lluvia de madrugada
6:10
Una descarga de gotas furiosas de madrugada. Como si nunca hubiera llovido y echándolo de menos.
Eso fue lo que me despertó hoy: tal era el sonido que hacían, la fuerza con la que caían, lo que me hizo abrir los ojos. El resto de minutos los pase despierto escuchándolas caer. En unos de esos minutos mi habitación se iluminó durante un segundo,entera y seguidamente, un relámpago atronador.
Nostálgico: cerrar los ojos arropado por este sonido.
Otro sueno sonaría más adelante sin haberse anunciado antes.Acabé por coger la cámara de fotos y salir a la terracita. Un frío me congeló los pies nada más abrir la puerta al exterior. El pantalón corto sustituyente del pijama no ayudaba demasiado. Fuera, unos chicos caminaban por la calle hacia un coche que los esperaba. Se metieron con prisa y arrancaron ante el aluvión que les acosaba. Ajeno a ellos, otro hombre caminaba, sin más...sólo caminaba de noche.
Mientras fotografiaba, otro relámpago iluminó la calle. Éste sonó más bajito, despertando a pocos, seguro. Una gota se coló entre los barrotes de la terraza y aterrizó estrepitosamente en mi pie. Al apartarlo, debido al frío de la gota, pise un charco hábilmente formado en ese rato de lluvia.
6:25
Y hoy el día está gris...en todos sus aspectos...demasiada casualidad tal vez.
Doy por terminado el espectáculo. Las gotas no son tan suicidas como antes, no estallan con la fuerza del principio. ¡Joder! ¡Hasta cuesta oír algo ahora! Volver al calor de la cama con un pie mojada fue glorioso. Dos relámpagos tímidos, la sombra del primero de todos...ridículos ellos, suenan.
6:30
Y es que fue breve. Breve, pero intenso.
Buenas noches a los que seguís durmiendo.
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